Zaragoza es una ciudad de gran riqueza cultural y que ofrece una oferta gastronómica de alta calidad. Os invitamos a descubrir por vosotros mismos cada uno de los rincones que esconde la ciudad y conocer su historia, ya que la ciudad data de la época romana, fundada por Cesar Augusto.
En esta página destacaremos algunos de los mejores sitios para visitar.

El lugar más emblemático de Zaragoza. En una de las plazas peatonales más grandes de Europa, se alza la impresionante Basílica del Pilar, junto al Ebro. Es perfecta para pasear, sacar fotos, y si te apetece, entrar disfrutar de su retablo mayor y sus pinturas.

Justo al lado del Pilar, pero menos conocida, está la Catedral de la Seo. Por fuera ya impone, pero su interior es aún más impresionante. Además, tiene una colección de tapices que es de las mejores del mundo. Una joya algo escondida.

Un edificio renacentista precioso que funciona como sala de exposiciones. La arquitectura es espectacular, y siempre hay alguna muestra curiosa que ver dentro. Está justo frente al Pilar, así que no hay excusa para no entrar.

Una auténtica maravilla de estilo islámico. Parece sacado de un cuento, con sus arcos y patios. Es como una pequeña Alhambra en pleno centro. Hoy es sede del Parlamento aragonés, pero se puede visitar por dentro.

Este puente medieval cruza el río Ebro y te regala una de las postales más bonitas de Zaragoza, con el Pilar de fondo. Al atardecer, es ideal para una buena foto y para sentir el pulso tranquilo del río.

Este edificio histórico, sede de la Universidad de Zaragoza, combina elegancia con cultura. Suele tener exposiciones y actividades interesantes. Un rincón tranquilo para disfrutar del arte en pleno centro.

Un mercado con historia, alma y muy buen ambiente. Su estructura metálica llama la atención desde fuera, pero lo mejor está dentro: frutas, quesos, jamones y todo lo que imagines. Ideal para comprar algo típico o simplemente curiosear. Junto al mercado se encuentran además los restos de la antigua muralla romana y la estatua del fundador, Cesar Augusto.

Zaragoza también fue romana, y este teatro lo demuestra. Aunque no está entero, conserva parte de su estructura y se puede visitar con una pequeña exposición. Es genial para imaginar cómo era la ciudad hace más de 2.000 años.